LA MIRADA INGLESA A LOS VINOS CHILENOS

Un grupo de sumillers del Reino Unido recomienda a las viñas chilenas bajar el nivel de alcohol de los vinos y apostar a los blancos aromáticos.
De pie, en medio de la sala de degustación de Casa Marín, María Luz Marín, dueña y enóloga de la viña, comenzó a presentar uno por uno sus vinos. Pasaron sus pinot noir y sauvignon blanc. Las opiniones asertivas sobre el interesante frescor o su alto nivel de alcohol, no se hicieron esperar.
Estaba claro que los 11 asistentes a la cata no eran simples espectadores. De hecho, forman parte de la elite de los sommeliers del Reino Unido, el mercado más competitivo y atractivo del mundo. Su visita al país fue fruto de un trabajo de varios meses hecho por Michael Cox, el representante de Wines of Chile en tierras británicas.
La idea era mostrar a los sommeliers las últimas novedades de las viñas chilenas. Una tarea importante, si se tiene en cuenta que ellos están a cargo de las compras de vinos de algunos de los restaurantes más chic de Londres. ¿Qué tan top son? Para muestra un botón: Olivier Marie, uno de los sommeliers invitados, ofrece en su restaurant, el Coq d’Argent, el vino Château d’Yquem Sauternes 1921 en la módica suma de 5.170 libras, unos 5,2 millones de pesos.

Por favor, menos alcohol

“Los empresarios que van a nuestros restaurantes a almorzar tienen que volver a trabajar, por lo que no quieren demasiado alcohol. Como negocio, también es mejor tener vinos más livianos en la carta, pues te permiten vender una segunda botella”, afirma Álvaro Marcos García, sommelier del restaurant Randall.
¡Presionen a los importadores!A cargo de los vinos de uno de los restaurantes más onderos de la capital inglesa, el Asia de Cuba, Nigel Lister manifiesta su estupor frente al poco interés de los importadores ingleses por promover los productos chilenos en restaurantes.
“En todos mis años como sommelier no recuerdo que uno de ellos tratara de convencerme de comprar un vino chileno. Ojo con eso. Las viñas tienen que presionarlos. Parece que los importadores pensaran que su único destino es venderlo en las góndolas de los supermercados”, opina Lister.
De hecho, los sommelier aconsejan a las viñas apoyar el desarrollo de importadores especializados en vinos chilenos.
Otro punto que propone Frederic Billet, encargado de alimentos y bebestibles del Renaissance Chancery Court Hotel, es desarrollar más investigaciones sobre el maridaje de los vinos chilenos y comidas de distintos países.
Hay que tener en cuenta que Londres es una de las ciudades más multiculturales del mundo y sus restaurantes reflejan esa diversidad. De hecho, una de las comidas más populares de la isla es la india.
“Por ejemplo, hay que ver que tan bien se puede llevar el carmenére con los platos especiados”, propone Billet.
Blancos aromáticos, apuesta segura.Más de uno de los visitantes del Reino Unido reconoció su temor de que el viaje a Chile se transformara en una maratón de catas de cabernet sauvignon.
La sorpresa llegó por el lado de los blancos, especialmente de aquellos más aromáticos, como el sauvignon blanc, gewürztraminer o el riesling.
“Una de las tendencias más fuertes de los últimos años es que las personas están más interesadas en los blancos aromáticos. Por el contrario, el consumo de tintos está disminuyendo. Los consumidores quieren vinos más livianos y refrescantes. Esa es la explicación de por qué el sauvignon blanc se volvió tan fuerte en Inglaterra”, afirma Terry Threlfall, sommelier del Chez Bruce Restaurant.
Threlfall cree que la calidad de los blancos de Casablanca y San Antonio está a un nivel tal que pueden transformarse en el principal elemento diferenciador de Chile.
“Argentina tiene un varietal como el Malbec y Nueva Zelandia tiene al sauvignon blanc. A diferencia de California o Nueva Zelandia, que también producen vinos blancos aromáticos, pero a precios altos, Chile puede ofrecerlos a un precio razonable, a unas 10 o 12 libras (10 a 12 mil pesos). Ahí les puede ir muy bien. De hecho, creo que se pueden convertir en el buque insignia de Chile”, remarca Terry Threlfall.

Por eso, para los viñateros la visita de los sommeliers fue una oportunidad de oro para enterarse de opiniones de peso respecto de las fortalezas y debilidades de la industria vitivinícola chilena.
Y uno de esos momentos se vivió en viña Casa Marín al presentar el último vino de la serie, un syrah de 2005. María Luz Marín explicó que debido al temor de una posible helada, ese año tuvieron que cosechar antes. El resultado fue un vino de 12,5 grados de alcohol, un verdadero peso pluma para los poderosos vinos chilenos, que rondan los 14 a 14,5 grados.
Las opiniones no se demoraron en llegar: ¡Qué agradable probar un vino chileno equilibrado y liviano!¿Por qué no lo intentan con otras cepas? OPINION
JUAN SOMAVÍA, GERENTE DE WINES OF CHILE.
“EL MERCADO DE LOS RESTAURANTES ES CLAVE PARA LA INDUSTRIA CHILENA DEL VINO. PUEDE QUE EL VOLUMEN NO SEA TANTO POR AHORA, PERO TENER ÉXITO EN ESE SEGMENTO ES UN ELEMENTO VALIDADOR DE LA CALIDAD DE NUESTRA PRODUCCIÓN. SI PODEMOS INTRODUCIRNOS BIEN EN ESE SEGMENTO, LAS VIÑAS NACIONALES PODRÍAN POSICIONARSE EN SEGMENTOS DE PRECIOS MÁS ALTOS A LA HORA DE NEGOCIAR CON LOS SUPERMERCADOS”.
Eduardo Moraga Vásquez. Revista del Campo